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Análisis del flujo de caja descontado

El análisis del flujo de caja descontado (DCF) es una metodología de valoración fundamental ampliamente utilizada por banqueros de inversión, directivos de empresas, profesores universitarios, inversores y otros profesionales financieros. Se basa en el principio de que el valor de una empresa, división, negocio o conjunto de activos (objetivo) puede derivarse del valor actual de su flujo de caja libre (FCF) proyectado. El FCF proyectado de una empresa se deriva de una variedad de supuestos y juicios sobre su rendimiento financiero esperado, incluyendo las tasas de crecimiento de las ventas, los márgenes de beneficio, los gastos de capital y las necesidades de capital de red (NWC).

En un DCF, el FCF de una empresa suele proyectarse para un periodo de cinco años. Sin embargo, el periodo de proyección puede ser más largo en función del sector de la empresa, la fase de desarrollo y la rentabilidad subyacente de sus resultados financieros. Además, también se utiliza un valor terminal para captar el valor restante del objetivo más allá del periodo de proyección (valor de empresa en funcionamiento).

El FCF y el valor final se descuentan al presente al coste medio ponderado del capital (WACC) del objetivo, que es una tasa que tiene en cuenta los riesgos comerciales y financieros de la empresa. El valor actual del FCF y el valor final se suman para determinar el valor de la empresa. Las hipótesis relativas al WACC y al valor final tienen un impacto sustancial en el resultado. Por ello, el valor del DCF debe calcularse basándose en una variedad de supuestos y considerarse como una gama de valores diferentes (análisis de sensibilidad).

Resumen de los pasos del análisis del flujo de caja descontado (DCF)

  • Estudiar el objetivo y determinar los factores clave de rendimiento

El primer paso para realizar un DCF, como en cualquier ejercicio de valoración, es estudiar y aprender todo lo posible sobre el objetivo y su sector. Los atajos en esta área crítica de la due diligence pueden llevar a suposiciones erróneas y a distorsiones de la valoración más adelante. Este paso consiste en determinar los factores clave de los resultados financieros, lo que permite al analista diseñar un conjunto de proyecciones defendibles para el objetivo.

  • Proyectar el flujo de caja libre (FCF)

El objetivo es proyectar el FCF hasta un punto en el futuro (normalmente cinco años) en el que el rendimiento financiero del objetivo haya alcanzado un estado estable que pueda servir de base para el cálculo del valor final.

  • Calcular el coste medio ponderado del capital (WACC)

El WACC o coste del capital debe reflejar los riesgos empresariales y financieros ponderados de la empresa, es decir, la estructura de capital de la empresa. El WACC se utiliza para descontar el FCF y el valor terminal al presente.

  • Determinar el valor terminal

Se utiliza un valor terminal para determinar el valor restante del objetivo después del periodo de proyección. El último año del periodo de proyección representa un nivel estable o normalizado de rendimiento financiero, en contraposición a un máximo o mínimo cíclico. Los dos métodos ampliamente aceptados para calcular un valor terminal son los métodos de salida múltiple (EMM) y el método de crecimiento a perpetuidad (PGM).

  • Calcular el valor actual y determinar la valoración

El FCF y el valor final proyectados del objetivo se descuentan al presente y se suman para calcular su valor empresarial. Hay que tener en cuenta que el precio de las acciones de la empresa no es idéntico al valor de la empresa dividido por el número de acciones. Para calcular el precio de las acciones, hay que hacer ciertos ajustes en relación con los préstamos y el efectivo, etc.

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